Ahora que la Virgen de las Nieves ha retornado ya a su Real Santuario y Santa Cruz de La Palma recobra su habitual ritmo sosegado del verano, es de justicia hacer público mi más profundo agradecimiento a los cientos de personas que han contribuido a que las fiestas de la Bajada de la Virgen 2015 haya vuelto a concitar la admiración y el reconocimiento de cuantos la han vivido.
Desde pasado el 20 de junio, en que daba comienzo el programa de actos con la lectura del pregón anunciador, hasta el reciente día 5 de agosto, en que despedíamos a la imagen de la Virgen hasta el próximo lustro, han transcurrido 45 días de una intensidad extraordinaria en los que nuestra ciudad ha ofrecido, una vez más, lo mejor de sí misma.
Imposible enumerar uno por uno a cuantos han hecho posible este logro. Sí quisiera valorar de un modo especial a los integrantes de los números tradicionales, que han demostrado un grado de compromiso e implicación absoluto, de manera que, desde el punto de vista artístico, creo que hemos disfrutado, como aventuró en su momento la pregonera de las fiestas, de “la mejor Bajada de la historia”.
Extraordinario ha sido también el esfuerzo de todo el personal del Patronato Municipal de la Bajada de la Virgen, que ha trabajado, me consta, en circunstancias muy complicadas; tampoco ha sido sencillo el cometido del personal del Ayuntamiento, y en especial del área de infraestructuras (pintores, carpinteros, cerrajeros, operarios, limpieza) y del taller de costura (tan determinante en tantos actos), que ha hecho gala de una profesionalidad digna de los mayores elogios. Impagable asimismo el trabajo organizativo en el Recinto Central, en el Recinto Popular y en cualquiera de los espacios en los que se han desarrollado las fiestas. Cómo no dar nuestro mayor aplauso a acomodadores, taquilleras, personal de Servicios Sociales, técnicos, agrupaciones y colectivos de voluntarios, cuerpos y fuerzas de seguridad...
Nuestro agradecimiento también para el trabajo de los medios de comunicación, tanto locales, que han redoblado sus esfuerzos para llegar a todos los ciudadanos de esta Isla, como aquellos que durante los días de la Semana Grande se han desplazado a La Palma para ofrecer nuestra mejor imagen en el exterior.
Gracias, como no podía ser de otra manera, a las entidades públicas y privadas, empresas colaboradoras y patrocinadores, cuya aportación ha resultado decisiva para sacar adelante un programa de actos tan consistente. El compromiso del Cabildo de La Palma, del Gobierno de Canarias y de los catorce ayuntamientos de la Isla reafirma la dimensión insular de las fiestas. En el ámbito del patrocinio privado, se confirma el papel de la Bajada como motor y dinamizador económico de toda la isla.
Como alcalde quiero asimismo agradecer a cada uno de los concejales de la anterior y de la actual corporación su dedicación a la hora de organizar los diferentes actos del programa. Y a los representantes de la Iglesia católica en nuestra ciudad, por tantas facilidades para coordinar la doble dimensión, civil y religiosa, de las fiestas.
Gracias artistas y grupos invitados; gracias a tantas personas anónimas que han contribuido con su compromiso callado; gracias a quienes no han tomado parte en ningún acto, pero constituido un público comprensivo y agradecido; gracias al visitante amable y curioso que durante este tiempo ha sido un palmero más; y gracias, por encima de todo, al pueblo de Santa Cruz de La Palma, que ha sabido divertirse alegremente con la creatividad, el ingenio y la tolerancia que tanto le caracteriza, y que cuando le ha tocado afrontar la más difícil de las situaciones (el terrible asesinato de Laura González, siempre en nuestro recuerdo), ha demostrado una madurez y una compostura únicas.
Si ser alcalde de Santa Cruz de La Palma constituye de por sí un honor inmenso, serlo durante la Bajada de la Virgen es quizá la más alta de las distinciones. Porque lo que la ciudad vive durante estas fechas es difícilmente comparable: el esfuerzo, la entrega, la capacidad de tantísimas personas que se han volcado en el objetivo común de hacer la mejor de las fiestas posibles, restando horas al sueño, al tiempo de estar con sus familias, e incluso renunciando a las propias convicciones, ideologías y posicionamientos, porque la Bajada, una vez más, nos ha unido como pueblo por encima de todas las cosas.
Sergio Matos Castro
Alcalde de Exmo. Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma
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