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Los Acróbatas en la Bajada de la Virgen de las Nieves |
En el programa de la Bajada de 1860, uno de los más antiguos conservados, se anunciaba que el 17 de abril por la noche saldría una contradanza (baile de figuras que ejecutan muchas parejas a un tiempo) que comenzaría en la plaza de San Francisco, siguiendo la calle de Santiago por la plazuela de la Cruz y continuando la de O’Daly hasta el muelle. Dos días después se repitió con el mismo itinerario. En dicha agenda festiva no se apreciaba ninguna otra actuación en la que se efectuase acrobacias.
La Gimnástica —como popularmente se conocía— alcanzó su apogeo en la Bajada de la «Señora» de 1885, creando para los festejos lustrales una exitosa puesta en escena titulada «Danza de Gimnastas». Se representó en la noche del lunes 13 de abril en la plaza de Santo Domingo «una ingeniosa Danza de Gimnastas, con variedad de grupos y figuras». Más tarde la repitieron en las calles O’Daly y Santiago (Pérez de Brito en la actualidad). Esa noche los acróbatas ofrecieron once sorprendentes funciones que hicieron las delicias de los numerosos espectadores.
Se trataba de uno de los más espectaculares y esperados números que, aunque fue estrenado en la Bajada de 1885, llegó a integrarse completamente en el nutrido programa de festejos para recibir a Nuestra Señora de las Nieves. Recordemos que estas magníficas fiestas, desde sus orígenes, contaban con una gran tradición danzarina: danzas coreadas infantiles, de enanos, de gigantes, etc.
Así, durante la noche del 24 de abril, en los festejos de la Bajada de 1895, los 25 jóvenes participantes iniciaron su ansiado itinerario nocturno ante la desaparecida ermita de Santa Catalina de Alejandría. Continuaron ante la casa número 56 de la calle Santiago, en la Placeta de Borrero, en el número 3 de la Calle Santiago (Hotel), la Plaza de la Constitución, y tres representaciones más ante las mansiones localizadas con los números 4, 13 y 27 de la Calle O’Daly.
En las Fiestas Lustrales de 1910, la danza acrobática estaba a cargo de Nicolás Sosa, uno de los pioneros de la ya extinta sociedad gimnástica. En esa edición, las representaciones se iniciarían dentro del Circo de Marte y nuevamente recorrerían posteriormente las principales calles capitalinas hasta altas horas de la madrugada.
Desde 1920 se empezó a denominar «Danza de Acróbatas».
José G. Rguez. Escudero
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