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La impronta de la mar en la Bajada de la Virgen de Las Nieves IV - Foto. Jose Ayut (Regata vela latina Bajada 1965) |
La Vela Latina en La Bajada
En los programas de festejos organizados con motivo de la Bajada de La Virgen figuran regatas a remo y vela desde las últimas ediciones del siglo XIX hasta mediados del XX. Nos encontramos, pues, ante el primer número deportivo de los celebrados con motivo de las fiestas. Si bien, no podríamos aplicar el concepto “deporte”, tal y como lo conocemos hoy en día, a esas primeras competiciones, es cierto que constituyen las primeras manifestaciones rituales y lúdicas que han evolucionado hacia lo que hoy es un deporte autóctono donde confluyen disciplina, trabajo en equipo, perseverancia, equidad, inclusión, respeto, nobleza, deportividad, historia, tradición, artesanía, respeto por el medio ambiente, y belleza estética, entre otros valores.
En el Archivo Municipal de Santa Cruz de La Palma se conservan esos programas:
-1890, martes 15 de abril: “A las 4 de la tarde habrá regatas de votes y candraes en la bahía de esta ciudad adjudicándose varios premios a los que resulten vencedores y a las 8 de la noche empezará a ejecutarse en plazas y calles una bonita Danza de grupos y figuras alegóricas.”
-1895, viernes 26 de abril: “A las 4 de la tarde habrá regatas de botes y candrayes en la bahía de esta Ciudad, adjudicándose premios a los que resulten vencedores de este certamen marítimo. Durante la regata habrá música en la plazuela del Muelle.”
Según la definición que publica el Diccionario marítimo español de Martín Fernández de Navarrete en 1831, el candray es una embarcación pequeña de dos proas con una o dos velas místicas (latinas) y que pueden llevar cuatro o seis remos. Era una embarcación que se usaba en el tráfico interior de los puertos, siendo también utilizada por pescadores y salineros. Tenía un reducido equipamiento y estaba considerada como la mínima expresión de artefacto flotante. La palabra deriva de la expresión inglesa “can dry” que significa “lata de conservas seca” y era empleada por los marinos ingleses para denominar a aquellos barcos antiguos que navegaban a una velocidad muy baja. Con el tiempo, los marinos terminaron llamando coloquialmente “candray” al barco viejo, mal equipado y peor cuidado, y, por extensión, a los “barcos chatarra” que navegan impunemente por los siete mares. Esta palabra es una de las consecuencias de la influencia británica en las islas, al igual que el término “cambullonero”, que parece derivar de la expresión inglesa “come buy on” (suba a comprar), con el que se denominaba a la persona, sobre todo en el Puerto de la Luz y de Las Palmas, que se acercaba en pequeñas embarcaciones para comerciar con los buques que fondeaban o navegaban cerca de nuestros puertos.
En el mismo Archivo Municipal encontramos anotaciones manuscritas sobre el desarrollo de los programas donde se especifica el recorrido de la prueba:
“En la tarde de este día se verificará la regata, partiendo las embarcaciones de una boya situada frente a la desembocadura del barranco de Las Nieves hacia el Muelle, en cuya rada se situarán los premios.”
El 22 de junio de 1950, el periódico local Diario de Avisos, haciéndose eco de las regatas que se celebrarán con motivo de la Bajada de La Virgen, publica la siguiente noticia de la que se desprende que el uso recreativo de la vela es una actividad, si bien no generalizada, sí desarrollada con cierta frecuencia:
“Regata en nuestro puerto en la que participarán valiosos elementos del recreo y vela de la localidad, con el consiguiente reparto de premios.”
El día siguiente, el mismo diario hace un resumen de la competición, destacando el gran número de aficionados que siguieron las evoluciones de los participantes:
“Frente a la ciudad y partiendo de la rada del puerto hasta el Castillo Real de Santa Catalina se celebró a la una de la tarde de ayer, siguiendo el programa de las fiestas lustrales de la Bajada de la Virgen, una discutida regata de embarcaciones a vela, que desde el amplio mirador de la Avenida Marítima fue presenciada con el mayor interés por numeroso público, otorgándose premios a los vencedores.”
Hasta 1965 no se volverían a celebrar regatas de botes con motivo de la Bajada de la Virgen. Las embarcaciones de los pescadores ya no llevaban el aparejo de vela latina o lo tenían en mal estado debido al poco uso; casi todos los botes hacía tiempo que se fueron pasando al motor, permaneciendo sólo en algunos de ellos el palo, la percha y la vela como medida de auxilio en prevención de algún problema con la máquina.
La falta de material se solventó con la ayuda del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, quien colaboró con su adquisición. La Comisión de Fiestas publicó en la prensa local durante dicho año las fechas y normas por las que se regirá la competición:
“Regata de botes a vela latina
Durante las presentes fiestas se organizarán en muestro puerto tres regatas de botes a vela latina los días 14 y 16 a las 6 de la tarde y el día 20 a las 12 de la mañana. En cada una de dichas regatas se conceden TRES PUNTOS al clasificado en primer lugar; DOS PUNTOS al que se clasifique en segundo puesto y UN PUNTO al que llegue a la meta el tercero. Los premios se otorgarán a los botes que hayan obtenido mayor número de puntos en las tres regatas los botes que participarán serán los señalados a continuación y ostentarán en su vela el número distintivo
BRAVO, con el número 1.
EL PACO, con el número 2.
SARGO, con el número 3.
BRECA, con el número 4.
ÚLTIMO, con el número 5.
SAN JOSÉ, con el número 6.
PAGEL, con el número 7.
CARABA, con el número 8.
SOMACAL, con el número 9.
Lo que se hace público para general conocimiento. - La Comisión de Fiestas.”
Tras la primera de las pruebas, publica Diario de Avisos:
En el día de ayer, y poco después de las seis de la tarde se celebró la primera regata de botes que figura en el programa de las fiestas mayores de la isla. Hemos de destacar que, pese a lo desapacible del tiempo, con viento, a veces racheado, la prueba se celebró haciendo gala los participantes de un extraordinario pundonor deportivo, así como una envidiable habilidad náutica. La prueba, fue presenciada por una gran cantidad de público que siguió, con gran interés todos los incidentes.
Sin embargo, no se vuelven a publicar más noticias acerca del desarrollo y resultado final de estas pruebas, aunque sí se conserva, en el archivo de José Ayut, una fotografía del momento de la salida de una de ellas, documento gráfico que acompaña este artículo.
Estas regatas serán las últimas que se celebren en la isla hasta que, en mayo de 2017, el Club de Vela Latina Benahoare organizó la Regata del Día de Canarias de Barquillos de Vela Latina, lo que supuso el inicio del retorno de esta actividad a La Palma. Sesenta años después, en octubre de 2025, el mismo club tiene previsto celebrar una nueva edición de la Regata Lustral de Barquillos de Vela Latina Canaria.
Mario Suárez Rosa
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